La futura consola de Nintendo promete mantener la compatibilidad con juegos anteriores, lo que asegura que los títulos físicos y digitales de las generaciones previas serán jugables en el nuevo sistema.
Según Nate the Hate, un conocido insider de la industria, y respaldado por Mobapad, fabricante de periféricos, esta característica ha sido confirmada aunque Nintendo aún no ha hecho anuncios oficiales. Con un plan de lanzamiento tentativo antes de abril de 2025, la compañía ya prepara los preparativos de producción con inversiones significativas en equipo, señalando una posible aceleración en su cronograma de lanzamiento.
Esta estrategia no solo alivia las preocupaciones sobre la obsolescencia de juegos y accesorios antiguos sino que también potencia la continuidad y el valor prolongado de la colección existente de los consumidores en el ecosistema de Nintendo.