Chris Barrett, exdirector de Bungie y reconocido por su trabajo en Halo y Destiny, ha presentado una demanda de más de $200 millones contra PlayStation y Bungie, alegando despido injustificado, difamación y represalias bajo la Ley de Licencia Familiar y Médica (FMLA). Según la demanda, su despido en 2024, tras una investigación interna por presunta conducta inapropiada, fue utilizado como una estrategia para evitar pagarle casi $50 millones en compensaciones contractuales. Barrett busca al menos $100 millones en daños por difamación y otros $90 millones por presuntas violaciones contractuales y acuerdos de retención.
Barrett alega que fue convertido en un chivo expiatorio debido a los problemas internos de Bungie tras su adquisición por parte de PlayStation. En su demanda también expone acusaciones sobre la cultura laboral tóxica en Bungie, afirmando que el ambiente incluía prácticas inapropiadas como la difusión de contenido semi-pornográfico en correos internos. Este caso se suma a los recientes problemas de Bungie, incluyendo despidos masivos y el retraso del esperado título Marathon, aún sin fecha de lanzamiento.