En el 2000, Ridley Scott nos presentó una película que rápidamente se convirtió en un clásico del cine, ganando múltiples premios, incluidos el Oscar a Mejor Película y Mejor Actor. Por supuesto, hablamos de Gladiator. Dos décadas después, regresamos a Roma con una inesperada secuela llena de acción, venganza y batallas épicas: Gladiator 2.
Ver un filme de Ridley Scott es como subirse a una montaña rusa: no sabes qué esperar, pero seguro sentirás algo. En ocasiones, esa experiencia es increíble, ya que generar una reacción, sea positiva o negativa, es mejor que provocar apatía.
La historia se sitúa 16 años después de los eventos del primer filme. Lucius Verus Aurelius vive bajo el alias “Hanno” junto a su esposa Arishat en Numidia. Sin embargo, su vida da un giro drástico cuando el ejército romano del General Acacius invade, conquista la ciudad, esclaviza a Lucius y asesina a Arishat. En busca de venganza, Lucius se convierte en gladiador bajo el mando de Macrinus, un exesclavo que planea derrocar a los emperadores Geta y Caracalla, quienes gobiernan Roma con mano de hierro.
Esta es una película que definitivamente debe disfrutarse en la pantalla grande. Los fans del primer filme quedarán satisfechos, ya que la película logra capturar la esencia de un blockbuster épico. Desde el comienzo, con una recopilación visualmente impresionante de los eventos del primer filme, hasta una espectacular batalla inicial que establece a Lucius como un guerrero formidable, Gladiator 2 no decepciona.
El elenco es fenomenal. Paul Mescal, en el papel de Lucius, se roba la pantalla con su presencia tanto en las escenas de acción como en los momentos de silencio. Su personaje atraviesa varias transformaciones, lo que hace que el desenlace de su historia sea profundamente satisfactorio. Pedro Pascal también brilla en su interpretación, aportando carisma incluso en situaciones complicadas. Por otro lado, Joseph Quinn y Fred Hechinger interpretan a los emperadores Geta y Caracalla, pero sus personajes carecen de la profundidad y el magnetismo que Joaquin Phoenix logró en el primer filme.
El que verdaderamente se roba el show es Denzel Washington. Su interpretación aporta una complejidad y una profundidad emocional que opaca al resto del elenco en más de una ocasión. Su personaje es fascinante, y su desempeño asegura que sea uno de los favoritos en la próxima temporada de premios.
Los personajes de Mescal y Washington son el motor que impulsa la narrativa. Sus historias están tan bien desarrolladas que es fácil involucrarse emocionalmente en sus motivaciones y conflictos.
Las escenas de acción son épicas, especialmente los enfrentamientos en la arena, que resultan ridículamente entretenidos. Aunque probablemente estas situaciones no sean históricamente precisas, eso no importa; el objetivo es emocionar al espectador, y en eso cumplen con creces. Sin embargo, lo único que falta en Gladiator 2 es una escena icónica como el memorable “Are you not entertained?” del primer filme.
En general, Gladiator 2 cumple con las altas expectativas, ofreciendo una experiencia cinematográfica que sorprende, especialmente considerando que es la secuela de una película estrenada hace dos décadas. El elenco realiza un trabajo sobresaliente, con Denzel Washington en camino a múltiples nominaciones y Paul Mescal consolidándose como una estrella en ascenso.
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