En 2016, Disney nos trajo Moana, un clásico instantáneo que nos llevó a una aventura única en una región nunca antes explorada por el estudio. Ahora, casi 10 años después, volvemos a los mares para una nueva travesía.
Esta secuela se sitúa tres años después de los eventos del primer filme. Moana recibe un inesperado llamado de sus ancestros navegantes y forma su propia tripulación, reuniéndose con su amigo, el semidiós Maui. Juntos, emprenden un viaje hacia los mares lejanos de Oceanía para romper la maldición del dios Nalo en la isla oculta de Motufetu, que alguna vez conectó a los pueblos del océano. En su travesía, se enfrentan a viejos y nuevos enemigos, como los Kakamora y la diosa del inframundo, Matangi.
Lo curioso de esta secuela es que originalmente fue concebida como una serie para Disney+, pero el estudio vio una oportunidad y decidió convertirla en un filme que ahora llega a los cines. Este trasfondo es interesante porque explica algunos aspectos de su narrativa.
La trama es bastante sencilla, lo cual no es necesariamente negativo. Es una aventura entretenida con obstáculos interesantes para los protagonistas. Sin embargo, carece del impacto emocional del primer filme, en parte porque el tercer acto sufre de la ausencia de una figura antagonista sólida, lo que debilita un poco la resolución.
En cuanto al elenco, las voces principales de Auli’i Cravalho como Moana y Dwayne “The Rock” Johnson como Maui hacen un trabajo excepcional. Ambos regresan con la misma energía que los hizo destacar en la primera entrega. Sin embargo, al ser un musical, las canciones no están al nivel del primer filme. Entre las piezas destacables están Beyond y Can I Get A Chee Hoo?, que evocan el estilo de Lin-Manuel Miranda, compositor del primer filme, quien no regresó para esta secuela. Por otro lado, David Fane, Rose Matafeo y Hualalai Chung, que interpretan a los compañeros de viaje de Moana, no tienen suficiente profundidad en sus personajes, lo que les resta impacto en la trama.
Aunque las canciones no alcanzan el nivel del primer filme y la historia es más simple, esta secuela sigue siendo entretenida. Es admirable cómo este proyecto evolucionó de una serie a una película. Sin embargo, queda la duda de si todavía hay suficiente audiencia para esta entrega, considerando el tiempo que ha pasado desde el estreno del original. Bajo el sistema de Like o No Like de Yo Soy Un Gamer, Moana 2 se lleva un bajo Like.